Nacemos en un grupo familiar y a lo largo de la vida vamos construyendo pequeños grupos de pertenencia. Somos seres sociables que necesitamos de otro para resignificar aquello que nos atraviesa. Nuestra manera de ver las cosas se achica si no la completamos con otras miradas, con otras líneas de sentidos.

El grupo nos nutre, nos potencia, nos enfrenta. Nos ayuda a encontrar aquello que no encontramos con solo una mirada, nos pluraliza.

El psicodrama es un dispositivo terapéutico en el que a través de juegos y dinámicas grupales se trabaja la dramatización de escenas vividas, temidas o fantaseadas. Irrumpe con la necesidad del grupo. La acción es el motor del mismo. 

La palabra es el medio de comunicación que más desarrollamos a lo largo de nuestras vidas y no solemos conectarnos con lo más primario que tenemos, nuestro cuerpo. Un cuerpo en acción expresa más allá del raciocinio. Nuestro cuerpo es quien guarda, instala y sostiene aquellas emociones que nos completan.

Siempre viví al psicodrama como un instrumento para poder llegar a múltiples respuestas, para poder comprenderme y comprender aquello que me rodea. Para sentir, para abrazar, aceptar y liberar. Para conocerme y conocerlos, para vincularme de la manera más amorosa posible.

Podes conocer como es una sesión de psicodrama haciendo click en el siguiente enlace.